Durante la pandemia cambiaron muchas cosas para mí; como madre, profesional e inclusive como apoyo de mi hija. No tenía trabajo, pero sí más tiempo para mi hija y era lo más importante, las dos estábamos felices, entonces decidimos adaptarnos.
Siempre quise emprender para apoyar a Arleth y a la sociedad, sobre todo a las personas con síndrome Down. Por ello, con mucha dedicación y cariño le fabriqué un tablero sensorial, tenía luces, sonidos y otros detalles que le gustaban a mi hija, me sentía feliz porque ella aprendía jugando.
Así, nace mi emprendimiento Happy Faces donde fabricamos cualquier juguete o accesorio sensorial, nuestra prioridad es ayudar a otras familias y así contribuir, ya que no todos somos conscientes de lo importante que es la estimulación en nuestros hijos, tengan o no alguna condición.
Nuestros productos están inspirados en la metodología Montessori, la cual se enfoca en el descubrimiento de su entorno a través de la experiencia, entonces los tableros nos permiten trabajar la psicomotricidad, desarrollo cognitivo, socio afectivo y motricidad de los niños y niñas.
Tener una hija con síndrome Down me impulsó a lograr un objetivo que retrasaba por diversos motivos, ella me inspiró y logró que pueda aportar a la sociedad. Hoy mi negocio es pequeño, pero con Arleth estoy segura que será una gran empresa que podrá emplear a personas con síndrome Down.
Agradezco el apoyo de la Sociedad Peruana de Síndrome Down para muchas familias, ya que nos brinda alternativas para mejorar la calidad de vida de nuestros hijos e hijas.